Ventilación en las aulas: Resumen de la guía de recomendaciones del CSIC

El control de la seguridad en las aulas ante el riesgo de la transmisión de virus es una de las principales preocupaciones que actualmente se encuentra en la población. El uso de mascarillas, la higiene, pero ¿podemos controlar el aire que respiran nuestros hijos?

Una guía del Instituto de Diagnóstico Ambiental y Estudios del Agua (CSIC) nos enseña cómo debemos ventilar las aulas correctamente para reducir el riesgo de propagación del virus además de las herramientas recomendadas para medir si lo hemos hecho correctamente.

 

La importancia de la ventilación en los centros educativos en tiempos de Covid-19

Tras la publicación de investigadores de la Universidad de California sobre la evidencia en la transmisión de la Covid-19 por el aire, gobiernos e instituciones ya se debaten por una posible implementación de medidas de seguridad en lugares públicos como centros de trabajo, comercios y colegios.

En cuanto a las consecuencias de una exposición a un lugar cerrado con altas concentraciones de CO2, como puede ser un aula con un grupo de alumnos, pueden surgir dolores de cabeza, mareos, agravar problemas respiratorios, aletargamiento, dificultad para la atención y concentración del estudiante, entre otras.

 

Cómo solucionar el riesgo de contagio en las aulas

Además de favorecer la atención y rendimiento escolar, para disfrutar de un aire limpio dentro de las aulas, la emisión de CO2 en el aire se puede reducir con medidas como:

  • Disminución del número total de personas por aula.
  • Propiciar el silencio o un volumen de habla bajo, puesto que al hablar fuerte la emisión de CO2 se multiplica.
  • En interiores, una actividad física más relajada, ya que al aumentar el esfuerzo físico, se emite más CO2.
  • Buen uso de las mascarillas (bien ajustada).

 

En definitiva, para reducir el riesgo de la propagación del virus, la guía para ventilación en escuelas publicada por el CSIC recomienda:

  • Uso de mascarilla bien ajustada, incluso cuando otras personas acaban de abandonar la sala. Consulta aquí cómo proteger a los más pequeños en las guarderías. 
  • Reducción del tiempo de exposición en la medida de lo posible, llevando a cabo actividades en el exterior y aire libre.
  • Aumento de la distancia interpersonal.
  • Ventilación o purificación del aire, para eliminar o reducir la concentración de virus en el aire.

 

Como vemos, además de las medidas ya conocidas como son el lavado de manos, el uso de mascarillas o la distancia social, tras evidenciar el latente riesgo del contagio por el aire, se añade la de ventilar y renovar el aire interior para reducir al máximo el riesgo de contagio en las aulas.

Y ya no solo ventilar, sino comprobar si lo hemos hecho correctamente y el aire se encuentra libre de virus.

 

 

¿Qué es la ventilación de un aula?

La ventilación es la renovación del aire del interior de un aula mediante un sistema automatizado o manual (abrir ventanas y puertas) que permite sustituir el aire interior, potencialmente contaminado, con aire exterior, considerado limpio y libre de virus.

 

Cómo ventilar correctamente las aulas

Para ventilar correctamente un aula o sala, la frecuencia y el tiempo en minutos de esta acción dependerá de:

  • Los metros cuadrados del aula o sala;
  • La edad y el número de alumnos y ocupantes;
  • La actividad realizada en ella;
  • La incidencia de casos del virus en la región donde se encuentra;
  • La probabilidad del riesgo de contagios.

Por ejemplo, para un aula de unos 100 m², con unos 25 alumnos de 5 a 8 años, la guía de Harvard recomienda entre 5 y 6 renovaciones del aire por hora.

En esta guía gratuita te detallamos cómo debemos ventilar las aulas correctamente:

 

¿Cómo podemos comprobar que se ha ventilado un aula o sala correctamente?

Para determinar que la ventilación del aula está libre de virus, la guía del CSIC propone métodos y herramientas con la finalidad de determinar cuantitativamente la ventilación de un aula y poder actuar.

Se incluye la medición del nivel de dióxido de carbono (CO2) en interiores, que se utiliza como una medida indirecta de ventilación.

Generalmente en el exterior, las concentraciones de CO2 suelen estar entre 400 y 420 ppm (Partes por millón) aproximadamente.

En un edificio ocupado, las concentraciones de CO2 en el interior se elevan por el CO2 exhalado por sus ocupantes, pudiendo superar las 1000 ppm.

 

Verificar la calidad del aire en las aulas con un sensor de CO2

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Para llevar a cabo esta medición cuantitativa de los niveles de CO2, los expertos recomiendan la implementación de un medidor de CO2 en cada aula que avise cada vez que los niveles de dióxido de carbono superen los niveles considerados contaminantes.

De esta manera, podremos ventilar y renovar el aire interior abriendo las ventanas y puertas durante 5-10 minutos.

Además, en esta guía se detallan las características que consideran deseables en un medidor de CO2, que son:

  • Capacidad de proporcionar los datos sin procesar descargables en archivo .txt, .xls, .csv o similar.
  • Resolución temporal de al menos un dato por minuto.
  • Pantalla que muestre los niveles de CO2 en tiempo real.
  • Uso de tecnología NDIR.
  • Coste entre 100 y 300 €.

 

En el mercado, se pueden encontrar medidores de CO2 que cumplan con estos requisitos como el innovador sensor de CO2 Air Guardian, que cambia de color como un semáforo según se encuentre la salud del aire. Esto, junto a su fácil transporte e instalación, hace que su uso sea bastante sencillo con el fin de que sea manejable para todos.

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